martes, 6 de abril de 2010

¿A quién le importa Frankenstein?

Hoy hablaré de mi opinión acerca de la postura del ministerio de cultura hacia las descargas en internet, y todo lo que se mueve alrededor. Pero antes quiero dejar varios puntos claros.

-Soy un coleccionista de rol. Tengo probablemente como unos 50 libros de rol en mi casa. Cuando un libro de rol me ha interesado, lo he comprado en formato físico, aunque ya dispusiese de él en pdf.

-La industria del rol existe porque los fans compramos libros. Si esto dejase de ocurrir, las editoriales cerrarían y muchos creadores no podrían desarrollar sus proyectos. El rol seguiría vivo a través de los proyectos de los fan, pero sería un duro golpe.
-A mí, como a otros muchos, me encantaría publicar aventuras para que todo el mundo las jugase. Y me gustaría que la gente pagase por ellas si creen que merecen la pena ser compradas.

Dicho lo cual:
Soy una de tantas personas terriblemente frustradas con la parte de la nueva ley de economía sostenible en lo que concierne a la parte de las descargas en internet. El Ministerio de Cultura actúa aquí como el cancerbero de los lobbies que ya todos conocemos. Y esta actuación va en contra de la cultura.
Creo que una película que todos los DM de Ravenloft deberían ver es La novia de Frankenstein. Me refiero por supuesto al film clásico de 1935, secuela de la primera versión fílmica de la novela de Mary Shelley. Aunque quizá no tan famosa como la primera parte, este film de James Whale refleja mejor el drama del libro en el que se inspira y es además más humano y más comprensivo con el monstruo. En este film, al igual que en Ravenloft, los tonos de blanco y negro no están tan claros, y posee una bellísima fotografía en la que probablemente se inspirara Stephen Fabian, uno de los primeros ilustradores de Ravenloft. Me conmueve el final, en el que el monstruo acepta su aciago destino mientras afirma: we belong to death.




La novia de Frankenstein es, además de una obra maestra, una de las tantas historias que me han inspirado para sentarme y dirigir Ravenloft. Y no pude verla hasta hace unos cuatros años, cuando me la descargué. La busqué por todos lados: videoclubs, bibliotecas, tiendas, programas de cine en la televisión...

Pero parece ser que nadie tenía mucho interés comercial en ofrecerme esa película. A ningún ministerio, a ninguna sociedad de autores, a ninguna empresa parecía molestarle mucho el hecho de que una de las películas más importante de todos los tiempos fuese prácticamente imposible de conseguir en España. Nadie se subió a un atril a rasgarse las vestiduras por la ofensa que a la cultura suponía algo así.
Pero alguien sí se molestó en digitalizar una vieja película en VHS, meterla en el ordenador y compartirla con millones de amantes del cine clásico. Y ahora ese alguien es acusado de atacar la cultura y de querer destruir puestos de trabajo. Y todos los que hemos podido ver la Novia de Frankenstein nos tenemos que sentir culpables, dicen, porque alguien ha dejado de ganar dinero.


Lo cierto es que cuando la ley entre en vigor, será más difícil piratear un estreno de cine, pero también conseguir films antiguos que nadie ha redistribuido. Y lo mismo pasará con el rol. En esta página se ofrecen varias aventuras clásicas de Ravenloft que llevan años descatalogadas y que ninguna editorial retomará jamás. Mi idea es seguir ofreciendo estas aventuras y otras mientras me dejen. Mientras tanto, seguiré alquilando películas, comprando libros y yendo al cine. Y sabiendo muy bien a qué intereses sirve el Ministerio de Cultura. Y qué tengo que hacer en las próximas elecciones generales.